Muy pronto por la mañana hemos cogido el Shinkasen dirección Takayama, el viaje cambia de tercio radicalmente a partir de este momento, nos olvidaremos de neones, metros, tráfico, funcionarios y lolitas para adentrarnos en el mundo del Japón medieval con sus Samuráis, Geishas, ninjas y artseanos del Sake.
La primera parada es Takayama, nuestro alojaminento es un templo zen-budista en la localidad, es austero pero tiene todo lo que necesitamos, un futón, duchas y lavabo.Nos asignan un espacio a la izquierda del buda que rige el templo pero separados por una especie de pared de cartón que divide nuestra estancia de la contígua donde duermen 3 chicas alemanas.
Nada más llegar con el tren sacamos los billetes en la estación de autobuses para el dia siguiente ir hacia Shirakawa-go, un poblado en los alpes japoneses. Dejamos la mochila en el templo, y salimos a visitar la encantadora localidad con sus casas centenarias, destilerías de sake y culminaremos el día probando la famosa carne de la zona (demasiado grasa para mi gusto aunque muy, muy sabrosa)
Abandonamos nuestro alojamiento en Tokyo, pero será un hasta luego, en 15 días nos volveremos a ver!
Una vez en el tren el paisaje cambia radicalmente, pasamos paisajes preciosos en medio de los alpes, con abruptas montañas y cantidades enormes de agua por todos lados, además de pueblecitos preciosos que van pasando.
Una vez llegado a Takayama entramos en el templo en el que dormiremos por una noche y nos recibe con su lema: Even in the hard times, never forget that the sky behind the clouds is a brilliant blue. Totalmente de acuerdo, no?
Las calles de Takayama están llenas de turistas japoneses, pero pronto se quedan totalmente solitarias sobre las 17h, que es cuando empezamos a buscar nuestro sitio para probar la carne de Takayama, la sirven cruda y cada uno se la hace en la parrilla que hay en la mesa:
A la mañana siguiente abandonamos el templo y nos guardaron las mochilas durante un par de horas hasta que saliera nuestro autobús, así que aprovechamos para visitar las antiguas dependencias administrativas de la prefectura. Allí nos encontramos con unas encantadoras mujeres recreando las música de la época.
A las 11:50 cogimos el autobús que en una hora aproximadamente nos dejó en Shirakawa-go.
uuuaaalaa! como molaaa todo!! Que contraste de Tokyo a esto no? de lo cosmopolita a la tradicion en su estado puro.
ResponderEliminarBesitos pareja
Neniiii!! yo también me quede a dormir al ladito de ese buda!!!!
ResponderEliminarAinss que miedo que pase toda la noche, estábamos al lado de la escalera esa oscuraaa!!!
Besitos y a seguir pasándolo tan bien!
Marta